Aunque se estrenó en 2013, he decido incluir la excelente y magnífica Gravity en este repaso del cine de ciencia-ficción de los dos últimos años. Cometí el error de no dedicarle una entrada en su momento, pero en realidad me está resultando más provechoso deja pasar un tiempo, olvidar las críticas del momento, y visionar por segunda vez las películas, antes de escribir sobre ellas. Y esta vez ha sido aún mejor.

Gravity tiene un valor del que muchas películas recientes de sci-fi carecen: cuenta una historia. Una buena historia, apasionante, tensa, dinámica, a ratos completamente real, y a ratos onírica. Tiene argumento, y tiene un guión muy bien construido: no es una acumulación de episodios espectaculares, con poca relación, como se ven bastantes últimamente. La película no está puesta al servicio de la fotografía y los efectos visuales: estos son los que sirven de marco a una historia de supervivencia. Y se trata de una historia que parece real, tan real como que me marean las escenas de movimiento descontrolado por el espacio que sufren los protagonistas. A pesar de ello, en todo el tiempo no pierdo de vista al personaje, a lo que está pasando: la fotografía no es un truco de ilusionista para engañar el cerebro del espectador. Porque el verdadero leiv-motiv de la narración es la soledad… y el deseo de supervivencia, la fuerza vital que impulsa a una persona a conseguir lo casi imposible para volver a casa. La escena final, en la que se levanta a duras penas del suelo es de lo mejor que se ha visto en el cine reciente

Nunca me ha gustado Sandra Bullock, pero debo reconocer que esta película me sirve como redención a todos sus bodrios anteriores. Supongo que a ello ha ayudado la dirección de Alfonso Cuarón, que había sido capaz de perpetrar uno de los bodrios de la serie de jarry petass, pero que en esta ocasión retoma la solidez que demostró en la destacable Hijos de los hombres. Y es que qué importante es que un director «dirija», y que sepa como hacerlo. Mueve-cámaras hay muchos; directores, a lo que se ve, pocos.

Finalmente, Cuarón, gracias por saber que una buen película tiene que durar 90 minutos, ni más ni menos, como marcaron los clásicos del género. Y por saber elegir una banda sonora realmente adecuada, sin fanfarrias ni estrambóticos sonidos. Guión, imagen y dirección del actores: la trilogía del buen cine.

 

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Gravity, excelente, casi una obra maestra
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Comentario personal sobre Gravity (2013), de Alfonso Cuarón
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