Hoy es 23 de abril, San Jorge, patrón de Aragón, y día del libro. Para esta fecha tan señalada, fiesta reivindicativa de autores y de lectores, que no de otros aprovechados, me he decidido a escribir algo sobre un clásico de la literatura sci-fi: Neuromante, de William Gibson.

Y es que el tiempo no pasa en vano. Mi ejemplar de Neuromante es de la edición de Minotauro de1989. Aunque parezca increíble, lo leí aquel año, me ha acompañado en varias mudanzas, no le perdido ni prestado (nadie me lo ha pedido), y no lo había releído. Hasta ahora. Este mes lo estoy releyendo, y la verdad es que mi impresión y mi sensación no es la misma que la de hace 20 años. Por Tron, por Alien, por Terminator o por 2001 no pasa el tiempo. Pero por Neuromente ha pasado acelerado.

Y es que cuando lo leí me quedó el gusto de algo que iba a pasar en en un futuro cercano, de un Blade Runner profundizado, personal, mejorado, cercano. La Matriz, Wintermute la IA, las estaciones espaciales, el mundo sucio y gris dominado por grandes corporaciones, la ingeniería genética, y mi imaginación me traía personajes con un look muy ochentero, como podemos ver ahora en los videos musicales de VH1. Yo quería tener una Ono-Sendai, quería tener un Hosaka, quería cabalgar en la Matriz y mirar el hielo. Me hechizaba la forma de narrar y el rico vocabulario de Gibson.  Poco después me compré Conde Zero, pero ahora no sé si voy a atreverme a releerlo…

…porque ahora Neuromante me parece infantil, demodé, con ese estilo visual descafeinado y banal de la moda de los 80. Sólo le faltan las hombreras. Y ahora que he leído y visto mucha más sci-fi en estos 20 años, pues no me parece tan original, el estilo narrativo me resulta cansino, demasiado literario con ínfulas. Y es una historia clásica de grupo de mercenarios contratados para liberar a alguien raptado, en tema recurrente en el cine y la literatura de estos últimos 40 años. A esto le das una pasada por el estilo de la década de 1980, le añades unos toques de futuro cibernético y bajos fondos, y tienes una novela ciberpunk. En la sci-fi tenemos los temas clásicos de la literatura de toda la vida, vigentes desde los griegos (y desde el papiro de Sinuhé): el viaje, la venganza, la búsqueda, la introspección personal, la venganza y el deseo. Pero el tiempo no pasa por Sinuhé el Egipcio o por El Juego de Ender, pero sí por Neuromante.

Siguiendo la buena costumbre, en mi blog de lecturas voy seleccionando citas de Neuromante, pero son menos de las que pensaba encontrar.