Hace más de diez años, por esas casualidades de la necesaria descarga de series a la que nos obligan las majors, reuní por curiosidad los 20 capítulos de la primera temporada de una serie llamada Odisea 5 / Odyssey 5, apenas conocida en España.
Resultó ser algo sorprendente: sci-fi hecha en Canadá, a comienzos de la década de 2000, con una historia escrita por Manny Coto (que luego escribió guiones para Star Trek Enterprise, de al que llego a ser productor). Y que se apartaba casi por completo de los engendros cinematográficos perpetrados en la década anterior. Era una serie inteligente.
Los tripulantes de de la lanzadera Odissey observan como la Tierra se destruye antes sus ojos. Son los únicos cinco supervivivientes en una nave dañada. A punto de morir, son rescatados por un alienígena, el Buscador, que les revela que la Tierra ha sido destruida por un grupo de destructores de planetas, los Sensibles. Y los manda cinco años atrás, para que investiguen la conspiración y la infiltración de los Sensibles en las estructuras de poder de la Tierra, e intenten evitar el desastre. Como no puede enviar sus cuerpos, lo que hace el Buscador es introducir sus conciencias actuales en sus cuerpos de hacía cinco años. Cinco años por delante, que ya has vivido, que sabes lo que va a pasar… y que quizá podrías cambiar.
Y claro, con este panorama en la historia se mezclan la búsqueda de los Sensibles y el conocimiento de sus planes y acciones, con la problemática personal de cada uno de los protagonistas: madurez, desengaño, desencuentro… ni son amigos ni pretenden serlo. Intentan mejorar sus propias vidas, intervenir para evitar desgracias pasadas. Los que los rodean les notan extraños, diferentes. Rodeados de Sintéticos, que son los humanoides robóticos mediantes los cuales los Sensibles conocen a la humanidad, se infiltran en ella y llevan a cabo sus planes. Un panorama de conflictos internos y externos que los protagonistas deben resolver, o, por lo menos, lo intentan.
Esto no podía ser bueno. Una serie compleja e inteligente, dura en sus situaciones y en su lenguaje, con un tipo de imagen tendente a la imagen real de alta definición, sin grandes luchas de láseres ni robots destructores, poco podía durar en las manos de los ejecutivos de la industria del entretenimiento (que no cultural, no hay que olvidarlo). Con buenos resultados de audiencia, buena calidad técnica, e interés, la serie fue cancelada directamente tras la primera temporada. Los dramas urbanos atraían más publicidad. Es lo que hay. Ya dedicaré alguna otra entrada a otras series malditas, que las hay.