Este verano volvió Riddick, por fin. Ya tenía ganas de ver algo nuevo del macarra-tipo-duro-de-barrio-bajo del espacio, y lo cierto es que, aunque la película es desigual, se ve con tranquilidad. Como toda buena sci-fi, en especial de la serie B, hay bueno, malos, monstruos y tortazos (bueno, en este caso muy sangrientos). Esta película parece sacada del estudio de la serie B, lo que le da un valor especial. La primera media hora me parece lo mejor de la película: un relato de supervivencia, casi en silencio, que en ocasiones me ha recordado, salvando las distancias, las películas de solitarios en el oeste: sobrevive. La segunda parte, con la entrada al asalto de los cazarrecompensas, se convierte en un ajuste cuentas entre pistoleros, en un entorno hostil. Por último, la parte final se convierte en un Pitch Black redivivo. Cambiando el contexto, un sci-fi western sobre un ajuste de cuentas entre pistoleros, rodeados de indios. Más clásico, imposible. Y también satisfactorio, entretenimiento con antihéore sin ínfulas de profundidades psico-sociológicos. Y es que de mayor quiero ser furiano y tener unas gafas como las de Riddick…

Disparos sin oficio ni beneficio...

Disparos sin oficio ni beneficio…

La segunda película que reviso en esta entrada era la gran promesa de Neill Blomkamp, el cerebro detrás de Distrito 9. Y ha quedado en eso, en promesa. Porque el buen cine es un arte de contar historias, y cuando el juglar no recita bien, o no le dejan recitar, o no se le oye, la épica o el amor no llegan al público. Elisyum es una historia épica, mal resuelta por los corsés y los tópicos del juego hollywoodiense. La idea de partida prometía, aunque es un clásico en la sci-fi: las diferencias entre dos clases sociales, una de las cuales vive de explotar y engañar a la otra. Bueno, en realidad esto no debería llamarse sci-fi, es la vida real. Pero poner al protagonista de malo egoísta que en realidad es bueno y salva a la humanidad porque la mala es muy muy mala y tiene que ganar para satisfacer las taquillas y que a las conciencias de los asistentes no les dé por pensar y ver la catnidad de desigualdades que le rodean (y todo ello escrito sin un sigo de puntuación, tela), no resulta una buena idea de guión. Eso por no haber de los fallos de guión y de la pésima interpretación de los ¿actores?Lo voy a dejar aquí, porque espero que Blomkamp se recupere de este bodrio infumable, tópico, aburrido y sin talento que ha perpetrado, y vuelva por sus fueros. Ah, bueno, sí, y en la peli salen exoesqueletos, naves espaciales y eso…